“Siempre me causó curiosidad la impronta que deja el clima sobre las emociones, los pensamientos y la acción. Y, desde luego, los días de lluvia no son la excepción.
Cuando llueve nos embarga un sentimiento de tristeza, melancolía, reflexión o alivio. De acuerdo a nuestra naturaleza y al momento de nuestras vidas que estemos atravesando”.
Hoy llueve y me dan ganas de reflexionar. Y puesto que se plantea un fin de semana tormentoso, mi opción estrella, en días así, es quedarme en casa, sentarme en el sofá con una mantita, un té y el portátil cerca, para pasar las horas oyendo la lluvia como música de fondo.
Puede parecer aburrido, pero tiene muchas ventajas… Puedes ponerte al día con tus e-mails, visitar webs olvidadas, leer un libro, escribir, dormitar o incluso planear un viaje… además de que siempre pienso que es lo más barato del mundo porque si no sales, no gastas.
Aunque muchas veces merece la pena calzarse las katiuskas y dejarse absorber por la ciudad. Disfrutar de un paisaje de calles mojadas con gente apresurada y observarlo todo con ojos distintos a los acostumbrados.
Y, ante todo, no olvidar que ¡al mal tiempo, buena cara! Feliz finde.
No hay comentarios:
Publicar un comentario