Las estrellas tienen energía y luz propia, pueden ser de múltiples tamaños y brillar con intensidades diferentes pero nunca se olvidan de salir, porque, pase lo que pase a su alrededor, nunca dejarán de ser estrellas...

domingo, 16 de septiembre de 2012

No me gustan los domingos.

Nunca me han gustado los domingos… y ahora que la rutina vuelve a invadir nuestras vidas, el calor ha dejado de sofocarnos y las obligaciones reaparecen pisando fuerte, cuando los días han dejado de parecer todos iguales, los domingos regresan de nuevo para desatar amores y odios.

Si bien es cierto que el conocido como dies solis (día del sol) en la antigua Roma es un día que ofrece la libertad de no hacer nada o disfrutar de aquello que nos gusta, la realidad es que o suele estar lleno de actividad o, por contra, puede convertirse en el día más aburrido de la semana.

Por eso hay quien llena esta jornada con deporte, excursiones, visitas culturales, sesiones de cine o lectura e incluso busca salir de lo cotidiano con experiencias diferentes, pero también hay quien, si se queda sin hacer nada, en muchas ocasiones, se puede llegar a sentir culpable por perder el tiempo, ya que el ocio, que es lo contrario del negocio, está devaluado y subestimado.

Para mí, el problema del domingo es que supone una constante contradicción. Ni contigo ni sin ti. Si estás solo, te gustaría estar en compañía, pero si estás rodeado de gente, querrías disfrutar de un momento de soledad; si te agotas con una media maratón, preferirías estar tumbado en el sofá... Pensar una cosa, decir otra y hacer otra totalmente diferente.

De todas formas, aunque todos sabemos que hay miles de cosas que hacer en domingo y somos nosotros quienes lo hacemos aburrido o estimulante, nunca está de más sólo descansar después de una larga semana de trabajo, relajar cuerpo y mente, y levantarte el lunes con ganas para afrontar una nueva semana. A mi, como dice la canción, no me gustan los domingos…y menos sin amor.


NO ME GUSTAN LOS DOMINGOS SIN TU AMOR. Emmanuel Ortega.

“Como te gustaba
quedarte los domingos en la cama
ponerte mi camisa de pijama
bailar al escuchar los Rolling Stones

como te gustaba
leer mientras que yo con mi guitarra
alguna melodía inventaba
tratando de escribir una canción

pero ahora que no estás
no me quiero levantar
y es que ahora no soporto los domingos
y si salgo a caminar es tan triste la ciudad
que no encuentro ni siquiera algún amigo

no me gustan los domingos sin tu amor

la verdad es que cambiaria el calendario
me duele recordar saber que ya no estás
no me gustan los domingos sin tu amor


como te gustaba
que yo te despertara en la mañana
haciéndote cosquillas en la espalda
te levantabas de muy buen humor (…)”

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